13 de agosto de 2007

SOBRE EL GUADALQUIVIR, SEVILLA Y SUS NOMBRES

A lo largo de estas semanas de verano se han venido publicando algunos post sobre el nombre de nuestro río Guadalquivir en una web deportiva sevillana. Nuestro río, de todos los andaluces, según nuestro recién aprobado Estatuto, y de todos los españoles también. Sevilla es la ciudad del Guadalquivir, como lo es Córdoba, como lo son todos los pueblos que sus aguas bañan en su tranquilo bajar hasta Sanlúcar. Y tenía ganas de exponer algunas cuestiones sobre historia y así hago, todo ello desde el respeto para todos los que puedan leer este escrito. Comenzaré, pues.
En el capítulo II de su libro III, Estrabón nos describe lo que él conoce como Turdetania y nos habla de las maravillas de esta zona, de la fertilidad de sus tierras (III, 2, 4) y la riqueza y abundancia de minerales (III, 2, 8), pero lo que más nos interesa es la cita III, 2, 11 en la que nombra al monte Argüiros, del que mana el Baitis (Guadalquivir) y "... Parece ser que los antiguos llamaron Baitis a Tartessos..", hecho que coincide con otras noticias, pero que por sí mismo no lo podemos tomar como verdad absoluta ya que otros autores, como Tito Livio asegura que otro nombre del Guadalquivir en la antigüedad fue Certis. Y sigue Estrabón: "...Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessos, estuvo edificada antiguamente en la tierra sita entre ambas, siendo llamada región Tartessis, la que ahora habitan los tourdouloi..." He aquí una localización geográfica de Tartessos (entre dos ríos, así como el territorio por el que se extiende). ¿No se podría entender por esta noticia del historiador griego que el nombre de Baitis podría corresponderse con uno de los dos ríos que desembocan en la ría de Huelva y con su zona, por cierto, plagada de cabezos o elevaciones del terreno?
Estrabón afirma que la región se llama Bética por el río, pero Turdetania por sus habitantes. Muchos historiadores igualan a los Túrdulos con los Turdetanos; y ambos pueblos serían los herederos de Tartessos. Esta asimilación de ambos pueblos no incide negativamente en la cuestión planteada en el párrafo anterior, como podrá entenderse.
El catedrático de Griego de la Universidad de Sevilla, Díaz Tejera (q.e.p.d) dice en una obrilla suya (Sevilla en los textos clásicos greco-latinos) que “junto a Híspalis, parece que hubo como otra pequeña ciudad de nombre Baitis, algo semejante a la actual configuración de Sevilla y Triana y antecedente remoto, pues Baitis es Betis, de las numerosas ciudades que jalonan las márgenes del Guadalquivir, con sobrenombre de río”; por ejemplo Palma del Río, Lora del Río, Alcolea del Río, Villanueva del Río, Alcalá del Río. No obstante, Díaz Tejera cita a M. J. Henderson, quien “piensa que Híspalis pudo haber sido una colonia doble: Julia sería de la tribu Sergia y habría sido fundada por César, mientras que Rómula, de la tribu Galeria y habría sido fundada por Augusto, identificable con Triana”. Es otra opinión.
Hemos de tener en cuenta, además, la localización de la región denominada Beturia. Este territorio estaba comprendido entre los cursos inferiores de los ríos Guadiana y Guadalquivir, y a partir de la II Edad del Hierro fue habitado por dos pueblos de orígenes distintos, túrdulos y celtas. Beturia podría ponerse en relación con Baitis y llama la atención que la ría de Huelva, con sus cabezos, con sus marismas, con sus dos ríos (cual Tigris y Eúfrates), se encuentre en el centro de este territorio. Algunos historiadores consideran que el mítico Tartessos tuvo por eje el río Tartessos, que los romanos llamaron luego Baetis y los árabes Guadalquivir. Sin embargo, nada es seguro y varios autores tratan de situar el río Tartessos en las bocas del Odiel y el Tinto (ría de Huelva). Pero, ¿no es comprensible que una región reciba el nombre de una localización situada más o menos en el centro de dicha región? ¿Acaso es normal que una región reciba el nombre de uno de sus límites geográficos? ¿Podríamos considerar que la Península Ibérica se llamase Pirineos, por ejemplo?
Por otra parte, el catedrático Díaz Tejera, en su obra citada antes, equipara la etimología de Híspalis con la Hispania, a través de la raíz fenicia *spa, que significaría algo relacionado con el “conejo”. Lo que sí es cierto, y todos coinciden, que el nombre de Sevilla proviene de la pronunciación musulmana de Híspalis, Ishbiliya.
Los cristianos, en su avance reconquistador, no cambiaron el nombre que musulmanes dieron al río que es la columna vertebral de Andalucía; este río siguió llamándose Guadalquivir y así se llama. Tampoco cambiaron el nombre a la capital de Andalucía, retomando el de Híspalis. Ni le cambiaron el nombre a todas aquellas poblaciones que jalonan las orillas del Guadalquivir: Lora no pasó a llamarse Axati, ni Alcolea Canama o Arva, ni Alcalá Ilipa,…
¿Por qué esa moda de cambiar el nombre a nuestro río? ¿Para no nombrar, quizás, el nombre de la ciudad que dio nombre en 1905 al mejor club de fútbol del Sur de España? Sevilla es la ciudad del Guadalquivir y el Guadalquivir es el río de Sevilla.
Desde Huelva, de un sevillano de Alcolea del Río (Guadalquivir)